Zipacón y una promesa de amor
Zipacón es un pequeño poblado que se encuentra en la provincia de Cundinamarca, en Colombia. Además de que es un bello paraje andino tiene en sus cercanías un pequeño santuario que es visitado anualmente por miles de personas. Los lugareños lo llaman el templo de “La Madre del Amor Hermoso” y guarda una interesante promesa para quien lo visite: hallará el amor eterno.
El santuario está en lo alto de una colina, envuelto en una atmósfera de frío y un olor a verde puro. La promesa dice que si alguien quiere conseguir una pareja duradera para vivir un gran amor, debe subir solo, evitando tomar cualquier atajo y orando durante todo el tiempo que dure el trayecto.
Si el peregrino ya tiene pareja, debe subir con ella. La condición es que no pueden decirse ni una sola palabra, si quieren que su amor dure para siempre y logre superar cualquier obstáculo. Si incumplen la norma el resultado podría ser desastroso.
La creencia
Alrededor de la estatua de la virgen hay varias placas conmemorativas que dan gracias por los favores recibidos. Los habitantes del lugar tienen una copla que se repite en todos los rincones del poblado y que da cuenta de los milagros, pero también de la picaresca de la gente: “La Virgen del Amor Hermoso, que si no le da novio, le da mozo”. En Colombia la palabra “mozo” se usa para designar al amante.
Lo curioso es que el verdadero santuario de la Virgen del Amor Hermoso queda en Cartagena, España. Lo que hay en Zipacón es una representación de “La Sagrada Familia”. Pero desde el siglo XIX el sitio se convirtió en lugar de peregrinación para los solitarios y quienes añoraban un gran amor en su vida; por eso se fue popularizando la idea de que la imagen tenía poderes especiales para conceder esos deseos y se le empezó a llamar “La Madre del Amor Hermoso”.
La pequeña capilla del lugar es uno de los sitios en donde mayor cantidad de matrimonios se celebran durante el año. Se dice que la pareja que se case allí no se separará jamás. Aunque la iglesia Católica no admite formalmente esta creencia, lo cierto es que eso no detiene a quienes llegan diariamente allí en busca de soluciones definitivas para su corazón.
Zipacón
El municipio de Zipacón fue originariamente un lugar de descanso para el “Zipa”. Éste era el mandatario indígena de los Muiscas, antes de la llegada de los españoles. Los habitantes de la localidad dicen que el nombre significa “Llanto del Zipa” y cuenta la leyenda que esto se debe a que era el sitio predilecto del mandatario para llorar sus penas en soledad.
En la plaza del pueblo hay una estatua en piedra con la figura del Zipa sumergido en el llanto. Los estudiosos de la lengua dicen, sin embargo, que la palabra “Zipacón” significa en realidad “Aliado del Padre”. Pero los lugareños no hacen caso de esas explicaciones lingüísticas. Prefieren darle a su municipio un halo de romanticismo en cada uno de los rincones.
Zipacón también es el único pueblo de Colombia en donde anualmente se celebra un festival de música clásica, desde hace más de veinte años. Pareciera que todo se confabula allí para crear las condiciones que hagan posible un hermoso romance.