¡No pierdas tu vuelo de conexión!
No siempre tienes la posibilidad de hacer un vuelo directo. Bien sea por motivos económicos o simplemente porque no hay una ruta que te lleve directamente a tu destino, lo cierto es que en muchas oportunidades debes tomar vuelos de conexión. El problema viene cuando los horarios son muy ajustados. En esos casos corres el riesgo de perder el vuelo si tienes alguna demora en cualquiera de los trámites.
La mayoría de las aerolíneas salvan su responsabilidad si pierdes el vuelo de conexión. Eso significa que debes pagar una multa o comprar un nuevo boleto; y, lo más grave: lo más seguro es que no llegues a tiempo a tu destino. Aquí te damos algunos consejos para que no te quedes varado en la puerta de embarque.
Un buen asiento facilita el acceso a tu vuelo de conexión
Si cuentas con poco tiempo para descender del avión y tomar el vuelo de conexión, lo primero es que asegures una silla que facilite tu desembarco. Las sillas del pasillo que están en la parte delantera son tu mejor opción. Si te ubicas allí no tendrás demoras para salir del avión y vas a ganar unos minutos valiosos.
Algunas aerolíneas te dan la opción de elegir tu asiento al momento de hacer la reserva. Si no te lo permiten, reserva tu silla cuando hagas el check-in en el aeropuerto. Allí tienes dos posibilidades. Si le explicas tu situación al dependiente, es posible que te asigne un asiento sin problema y sin cobrar por ello. Si el vuelo va muy lleno, lo más seguro es que te cobren un cargo extra por elegir tu silla; en todo caso es mejor pagar una pequeña cantidad adicional y no arriesgarte a perder la conexión.
Acude al personal de a bordo
Si por alguna razón no pudiste lograr que te dieran el asiento adecuado, lo aconsejable es que acudas a las azafatas. Ellas entienden bien este tipo de situaciones y pueden darte una ayuda valiosa en estos casos. Eso sí, no hables con ellas cuando estén ocupadas, ni al momento de despegar, ni al momento de aterrizar. Escoge un momento oportuno, que es cuando no estén atareadas. Es probable que si hay sillas vacías ellas te colaboren reacomodándote en otro asiento. Si no hay puestos desocupados, facilitarán tu tránsito al momento de bajar del avión.
Debes conocer el terreno
Este consejo es uno de los más importantes. Muchos viajeros pierden un tiempo muy valioso tratando de ubicar la puerta de embarque en un aeropuerto que no conocen. Si se trata de una terminal muy grande pueden pasar incluso horas, antes de que localice el punto al que debe ir. Y si en el lugar se habla un idioma diferente al del viajero, la situación puede complicarse aún más.
Lo que debes hacer es buscar un mapa del aeropuerto, imprimirlo y llevarlo contigo en todo momento. Allí tendrás que marcar dónde está la terminal hacia la que te diriges. Una vez desembarques, tómate un minuto para definir tu trayecto y síguelo al pie de la letra.
En caso de que abordes sin tener un mapa, pídele al personal que te facilite una revista de la aerolínea o alguna guía de viaje de las que siempre suelen tener a bordo. Si estás en el extranjero, identifica también los puntos de migración y de aduanas. No olvides tener listos todos los documentos que te exigirán allí.