El Palacio Real de Caserta, la magnificencia del palacio más grande del mundo
El Palacio Real de Caserta se encuentra en la ciudad homónima, en Nápoles, Italia. Fue construido por el rey Carlos III de España, que era también rey de Nápoles con el nombre de Carlos VII de Nápoles, su construcción duró casi cien años, desde el año 1752 hasta el 1847.
El Palacio Real de Caserta además de ser una bella joya del barroco es un palacio descomunal. Los números de sus dimensiones lo dicen todo, con más de 2.000.000 de metros cúbicos, cinco plantas que le proporciona una altura de 36 metros, 1.200 habitaciones y 34 escalinatas, entre otros muchos elementos, nos dan idea de su envergadura.
Pero sobre todo, el Palacio Real destaca por su riqueza, suntuosidad y esplendor, que la casa real borbónica quería plasmar en su conjunto y elevar a las esferas más altas su poderío y grandeza. Por ello, el Palacio Real de Caserta es el palacio más grande del mundo. Su conjunto monumental fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.
Historia del Palacio Real de Caserta
El rey Carlos VII encargó la construcción del Palacio Real para que fuera el centro administrativo y de gobierno del reino de Nápoles, y representara el símbolo de poder y autoridad de la corona. Los arquitectos elegidos para tal fin fueron Luigi Vanvitelli y Francesco Sabatini. El palacio fue la residencia de Fernando I de Borbón y demás personajes de la monarquía. En 1919 el rey Víctor Manuel III lo cedió al pueblo de Italia. Hoy en día el palacio alberga un museo y varias estancias administrativas locales.
Características del Palacio Real de Caserta
El Palacio Real de Caserta cuenta aproximadamente con 44.000 metros cuadrados, sobre una planta rectangular con dos cuerpos que se cruzan formando una cruz. Sus dos fachadas exteriores principales son iguales. El palacio sorprende por su gran riqueza entre los que destacan sus bajos relieves, frescos, esculturas, suelos y el lujo de los materiales empleados, como toba de San Nicola la Strada, travertino de Bellona, cal de San Leucio del Sannio, puzolana de Bacoli, azulejos de Capua, hierro de Follonica, mármol gris de Mondragón y mármol blanco de Carrara.
Entre los lugares más interesantes del Palacio nos encontramos con:
Los dos vestíbulos de forma octogonal, el vestíbulo inferior está compuesto por columnas dóricas y entre ellas nichos ocupados por estatuas romanas. El vestíbulo superior cubierto por una gran bóveda.
La escalera de honor o Scala Regia de 117 peldaños, une los dos vestíbulos, impresiona en gran manera su bello decorado tallado en mármol de diferente color.
La capilla consagrada a la Inmaculada Concepción, de la cual existe un único retrato en el altar.
Apartamentos Reales. De las 1.200 habitaciones que cuenta el palacio 134 eran destinados a la familia real. Destacan en especial por su intensa decoración y por su excepcional mobiliario, reflejando ampliamente el estilo rococó. De las salas más bella destacamos la sala del Trono con sus estucos dorados, mármoles y molduras bañadas en pan de oro. Las salas de Primavera, Verano, Otoño e Invierno cuyas paredes están tapizadas con variadas sedas y los techos pintados con frescos. Además de ricamente decorados con jarrones, lámparas y otros complementos decorativos muy finos y refinados.
Otra sala importante es la denominada “Appartamento vecchio” que además de un espectacular Belén napolitano, contiene la Biblioteca del Palacio en el que se halla archivos históricos del reino y es de resaltar su hermoso mobiliario.