La impresionante casa de Monet y la ciudad de Giverny
Giverny es una localidad y comuna francesa que está situada en la Región de Alta Normandía. Es una localidad con apenas 500 habitantes pero es muy conocida debido a que allí se encuentra la casa del pintor impresionista Claude Monet.
Esta casa fue restaurada en la década de los 80, fue a partir de ahí que la ciudad experimentó un boom turístico, los visitantes querían ver a toda costa los jardines que fueron protagonistas de los innumerables cuadros del pintor francés. ¿Quieres conocer la casa donde vivió Monet y sus impresionantes jardines?
La ciudad de Giverny y Monet
Giverny era una pequeña ciudad rural que apenas contaba con 300 habitantes cuando el pintor Monet se enamoró de ella. Está situada a tan solo 80 km de París, en la rivera occidental del río Sena. Su nombre es de origen celta y se han encontrado hallazgos que demuestran que ha sido habitada desde el neolítico.
El pintor conoció esta ciudad y fue entonces cuando decidió trasladarse allí, alquiló una casa con algo de terreno, pero más tarde consiguió comprarla para construir unos impresionantes jardines, que posteriormente los plasmaría en sus cuadros.
En esta casa fue donde el pintor dio rienda suelta a sus pasiones como la pintura, la jardinería e incluso la fotografía. En el año 1966 el hijo del pintor donó la casa a la Academia de Bellas Artes y ha sido restaurada para que los visitantes la disfruten.
La casa de Monet
Aunque lo más llamativo de la casa de Monet son la belleza de sus jardines, la casa en sí también vale la pena visitarla. En la planta baja se encuentra el salón azul o la sala de lectura, el taller y la cocina típica de la época. Pero lo que más llama la atención de esta zona es el comedor, que alberga la colección de estampas japonesas que reunió Monet.
En el primer piso se encuentran las habitaciones privadas, destacando la habitación del pintor. Todas están decoradas con mobiliario de la época.
Los impresionantes jardines
Justo delante de la casa de Monet encontramos los bellísimos jardines, que fueron la fuente de inspiración para el pintor francés. Los podemos encontrar en sus famosas obras como los Nenúfares, el Estanque de las Ninfeas o el Puente Japonés.
Estos jardines los creó el pintor teniendo en cuenta la asimetría, el juego de colores y la perspectiva, ya que después los plasmaría en sus obras. Queda patente el amor del pintor por las flores y las plantas, ya que creó un jardín perfecto que parece sacado del paraíso.
Allí podemos encontrar el precioso jardín acuático, atravesado por un precioso puente japonés. Está lleno de nenúfares y en la orilla hay plantados sauces llorones, bambúes, flores de lis o peonias. Creando de esta manera un perfecto ambiente japonés.
El jardín de las flores se llama Clos Normand y muestra desde la primavera hasta el otoño, por lo que te puedes imaginar la paleta de colores tan espectacular que se puede apreciar. Las rosas forman parte del paisaje, dándoles un toque romántico al lugar.
