El Puente de Carlos en Praga, el lugar más visitado de la ciudad
En esta ocasión nos trasladamos a una de las ciudades más bonitas y visitadas de Europa, estamos hablando de Praga, la capital de la República Checa. Y es que esta ciudad con aspecto medieval enamora a cualquiera, debido a su aspecto bohemio. Pero en esta ocasión vamos a conocer exactamente el lugar más famoso de la ciudad, el Puente de Carlos.
El Puente de Carlos une la Ciudad Vieja con la Ciudad Pequeña y es el segundo puente más antiguo de la República Checa. Se trata de un lugar muy transitado por turistas, artistas y comerciantes que aprovechan el flujo de personas para vender su arte.
Historia del Puente de Carlos
El Puente de Carlos debe su nombre a que en el año 1357 Carlos IV, puso la primera piedra para su construcción y así sustituir el Puente de Judit, que lo destruyó una inundación. El material utilizado para su construcción fue arenisca de Bohemia, pero existe una leyenda que afirma que se usaron huevos para enriquecer el mortero y hacer los bloques más compactos.
Las dimensiones del Puente de Carlos son más de 500 metros de largo y 10 de ancho, está apoyado en 16 Arcos y posee tres torres. Antiguamente poseía cuatro carriles destinados al paso de carruajes. En la actualidad el Puente de Carlos es completamente peatonal. A lo largo del puente podemos contemplar también unas 30 estatuas, la mayoría de estilo barroco.
El Puente de Carlos y sus estatuas
El Puente de Carlos atraviesa el río Moldava y para ir a la Ciudad Vieja se hace indispensable cruzarlo. Pero pasear por el Puente de Carlos es un atractivo turístico más de la ciudad de Praga, ya que posee 30 estatuas casi todas de estilo barroco y de gran interés histórico y artístico.
La mayoría de las estatuas del puente fueron construidas entre los años 1683 y 1714 y los artistas que realizaron estas preciosas obras arte, eran los más relevantes de Bohemia como Matthias Brown, Jan Brokoff y sus dos hijos.
La mayoría de las estatuas representa Santos y Santos Patronos que se veneraban en aquella época. A partir del año 1965 todas las estatuas del puente fueron sustituidas por réplicas y las originales se exponen en el Museo Nacional de Praga.
La primera estatua que se colocó en el Puente de Carlos fue la de San Juan Nepomuceno, para rendirle homenaje, ya que fue arrojado al río, después de haber sido martirizado durante mucho tiempo. Una leyenda popular dice que quien pone su mano izquierda en la base de la estatua, lugar donde fue martirizado y pide un deseo, éste se cumple.
Otra estatua conocida es la del caballero Bruncvík, aunque no se encuentre en las zonas principales del puente. La Crucifixión, el Calvario y la estatua de San Luthgard, son otras de las estatuas más notables.