Santa Sofía y la Mezquita Azul, dos símbolos de la ciudad de Estambul
En esta ocasión visitamos una de las ciudades más bonitas del mundo, Estambul, que ha sido la capital de tres importantes imperios como es el Romano, Bizantino y Otomano. Toda estas circunstancias históricas han quedado patentes en cada rincón de la ciudad y por tanto no dejan indiferente al viajero.
Pero os queremos presentar dos de los lugares más importantes de Estambul, Santa Sofía y la Mezquita Azul. En la actualidad Santa Sofía está convertida en museo, pero durante un tiempo ejerció como una mezquita, pero fue originalmente una antigua basílica patriarcal ortodoxa. La Mezquita Azul es una de las más bonitas del mundo.
Santa Sofía y la Mezquita Azul
Comenzamos nuetro recorrido por Santa Sofía, o como la llaman los turcos, Ayasofya, es el símbolo indiscutible de la ciudad de Estambul en Turquía y una de las obras maestras del arte bizantino. Primero fue Iglesia del Papa, posteriormente pasó a manos del Imperio Otomano y convertida en mezquita, para terminar siendo un museo.
Santa Sofía posee una planta rectangular de 77×71 metros, pero lo que llama poderosamente la atención, es su preciosa cúpula en forma de media naranja, que posee unos 56 metros de alto y 32 de diámetro. La imagen de la cúpula en el horizonte, se ha convertido en la postal característica de la ciudad de Estambul. En su exterior destacan también sus cuatro minaretes que conserva de la época otomana.
El interior de Santa Sofía es más impresionante todavía si cabe, con una maravillosa iluminación, mosaicos de gran interés histórico, además de bellísimos y enormes medallones decorativos.
La Mezquita Azul
La Mezquita Azul de Estambul se encuentra frente a Santa Sofía, pero las separa una preciosa zona ajardinada. Cuenta con seis minaretes, lo que propició cuando se construyó, una gran polémica, ya que sólo la Mezquita de la Meca tenía seis minaretes, esto se solucionó, construyendo un minarete más en la mezquita de la Meca, quedando con siete. Del exterior destacan los materiales que se emplearon, sobre todo el mármol y la piedra.
Cuando entramos a la Mezquita Azul descubrimos el por qué de su nombre, ya que hay más de 20 mil azulejos azules decorando la cúpula y la parte superior de la mezquita. Como en toda mezquita el lugar más importante es el mihrab, construido en mármol esculpido. La mezquita azul está diseñada para que cuando hable el imán, se escuche en cualquier parte del lugar, aunque esté llena de gente.
La espectacular iluminación del interior, proviene de las más de 200 vidrieras, además de las gigantescas lámparas tipo araña que cuelgan del techo.
Si vais a realizar una visita turística a la Mezquita Azul, hay que seguir una serie de recomendaciones. Al entrar no hay que olvidar quitarse el calzado y llevar siempre ropa adecuada. Las mujeres deben entrar con el cabello tapado al igual que los hombros.