Hospedarte en un albergue
A lo largo y ancho de todo el mundo siguen apareciendo sitios de alojamiento económico, que genéricamente han tomado el nombre de “albergues”. Los encuentras en casi todos los países y son un lugar de referencia si lo que pretendes es ahorrar durante tu viaje. Los costos de los hoteles a veces están por las nubes y un albergue puede ofrecerte casi lo mismo, por un precio mucho menor.
Los hay para todos los gustos. Algunos están ubicados en las zonas céntricas y otros funcionan en las afueras de las ciudades. A veces te ofrecen solamente el alojamiento y en otras ocasiones incluyen servicios adicionales. Casi todos cuentan con una zona común en donde tienes acceso a cocina, televisión, Internet e incluso spa o alquiler de bicicletas.
Las habitaciones y el baño
Un gran número de albergues cuentan con grandes habitaciones en las que duermen una importante cantidad de personas. Las camas se disponen en hileras y puede que tengas que dormir con un número de entre 15 y 30 compañeros más. A veces te ofrecen camas y en otras ocasiones literas. Así que si tienes problemas con el mantenimiento de la privacidad, un albergue no será el sitio ideal para ti.
Muchos albergues también ofrecen habitaciones más pequeñas para ser ocupadas individualmente o por un pequeño grupo. Hay opciones de alojamiento que te cobran únicamente por la cama que vas a ocupar y otras que te ofrecen un espacio más privado. Cada vez es más frecuente que te den alternativas similares a las de los hoteles, pagando una cantidad extra. Todo depende de tu bolsillo.
Algunos albergues te ofrecen habitaciones mixtas, pero en otros hay habitaciones separadas para hombres y mujeres. Esta opción es especialmente interesante para las chicas que viajan solas y que no tienen ningún interés en compartir su privacidad con extraños.
Lo común es que el baño tenga duchas e inodoros compartidos entre todos los huéspedes. Pero nuevamente aquí encontrarás que hay albergues en donde puedes optar por un baño privado o compartido con pocas personas.
Las normas
Cada albergue establece sus propias normas de comportamiento y convivencia. Algunos son bastante estrictos, mientras que otros tienen patrones mucho más flexibles. Por eso resulta muy importante que te informes bien antes de contratar este tipo de alojamiento.
En varios de estos lugares hay reglas en los horarios. Es posible que te prohíban entrar o salir entre las 11 de la noche y las 7 de la mañana, de modo que si demoras en llegar no tendrás dónde quedarte. También es frecuente que la hora y el tiempo de la ducha esté preestablecido, de tal manera que no puedes ponerte a cantar y a jugar con las pompas de jabón o corres el riesgo de que te pidan irte.
Este tipo de alojamiento es utilizado principalmente por los jóvenes y por eso los menores de 30 años tienen prelación a la hora de hacer la reserva. Eso no significa que las personas de mayor edad no tengan cabida en ellos.
Lo bueno es que todas esas restricciones tienen como compensación el hecho de que en realidad puedes hacer un enorme ahorro si optas por alojarte en un albergue. El costo puede ser hasta diez veces menor que el de un hotel económico. Y, de acuerdo con lo que necesites, puedes encontrar tarifas muy variadas que, en todo caso, siempre serán más bajas que las de los alojamientos convencionales.