El Reino de Bután. Auténtico Paraíso Terrenal.
Como expresar las buenas sensaciones que transmiten todas la noticias que llegan del Reino de Bután.
Como si se hiciera realidad la expectativa desde la infancia de conocer un país de cuento de Hadas, dónde las gentes sencillas viven felices y en paz, gobernadas por un Rey “Bondadoso y Sabio” que vela por su bienestar. Como debería ser en todas partes, es en Bután.
Tal vez el hecho de ser el Reino de Bután heredero fiel de la filosofía Budista Tibetana, dónde lo espiritual y el bien común priman sobre los beneficios particulares, hace que en este país en vez de hablar en el gobierno del producto interior bruto, se habla de “la Felicidad Interior Bruta”, eslogan adoptado por primera vez por Jigme Singye, padre y antecesor del actual Rey de Bután, Jigme Khesar Namgyal de la dinastía WangChuck (Reyes Dragones), que prosiguió con la apertura moderada del país al exterior iniciada por su antecesor.
En ésta lenta modernización basada en mantener los valores tradicionales y el crecimiento sostenible, con un total respeto al medio ambiente, hacen que el país tenga actualmente el 100% de agricultura ecológica además de ser uno de los ecosistemas más intactos del mundo, con 550 tipos de plantas – más de 300 medicinales-, y más del 70% de la superficie de bosques.
El Reino de Bután; belleza y aventura.
Pero Bután no solo tiene encanto por su tradicional riqueza cultural y la bondad de sus gentes, su enclave especial, al pie de los Himalayas, en zonas escarpadas, valles abruptos entre ríos y montañas, repletos de vírgenes bosques con una riquísima variedad de flora y fauna, le dan una belleza paisajística atrayente para los amantes de lo natural, senderistas, montañeros, excursionistas de todo tipo, encontrarán siempre durante su estancia en el país un nuevo objetivo para explorar.
Su ubicación en el extremo oriental de la cordillera del Himalaya, al norte de la India, en contacto con la ancestral cultura tibetana, hacen que sea llamado el país de los Monasterios Tibetanos. Los hay de muchos tipos y algunos en enclaves verdaderamente increíbles, como el monasterio Taktsang, (Nido del Tigre), construido en una formación rocosa a 3000 metros sobre el nivel del mar. Fue fundado por el Gurú Padmasambhava que introdujo el budismo en Bután. Esta ubicado en el distrito de Paro.
No muy lejos de Paro, también en la zona occidental del país, está Timbu, la capital del reino de Bután, una pequeña ciudad junto al rio Wang Chu. Su arquitectura representa la de todo el país, que sigue el mismo patrón. Los Dzogs son grandes monasterios-fortaleza con funciones de religiosas y gubernamentales, se podría decir que cada localidad tiene el suyo, también están los Ihakhangs y los chortens, que son estupas, o edificaciones religiosas.
Algunas de las visitas a construcciones más emblemáticas de esta región serían el Memorial Chorten, el Tashichoe Dzong monasterio fortaleza del siglo XIII y sede del gobierno central, el monasterio Sillika, Punakha Dzong, Estupas de Dochula – monumento a la paz mundial -, Monasterio Kurje, y tantos otros a través del vasto territorio que ocupan los 20 distritos en que se divide el país. También se puede combinar con un viaje a los países emblemáticos fronterizos.
El parque Nacional Jigme Dorji es una vasta reserva natural al norte de la capital y fronterizo con La República Popular China. Las leyes para regular el bienestar del país no permiten entrada libre de turistas por lo que, para tener acceso al mismo, hay que recurrir normalmente a viajes organizados.