El Palio di Siena, la más legendaria carrera de caballos
Hace unos días les hablábamos de la cuidad de Siena, en la Toscana de Italia, de su rivalidad con Florencia y de sus principales atractivos. En este post nos ocuparemos del evento más importante que allí se lleva a cabo, la carrera de caballos más antigua de todo el mundo, El Palio di Siena.
Esta competencia, cuyo origen se remonta a la Edad Media, en la actualidad se celebra todos los años en los meses de julio y agosto. Básicamente, consiste en una vertiginosa carrera entre diez jinetes a caballo que se realiza en la plaza central de Siena, la Piazza del Campo.
El ganador recibe el Palio, un trozo de tela cuyo valor es, hoy, únicamente, simbólico ya que los habitantes de Siena, sienten una muy fuerte pertenencia a cada una de los diecisiete “contradas” (barrios) de la ciudad. En esencia se trata de un enfrentamiento entre barrios, por lo que quien gana la competencia ostenta la gloria de ser el vencedor frente a los otros barrios, al menos hasta la siguiente carrera.
El ganador incluso puede ser el animal que llega primero a la meta, con o sin jinete, siempre y cuando conserve la llamada “spennacchiera” en la frente, la escarapela con los colores del barrio que representa.
Al realizarse la carrera, la Piazza del Campo se viste con los colores propios de cada barrio, como parte de un gran espectáculo que atrae a miles de turistas desde hace años – tiene una importancia comparable a eventos como los famosos San Fermines que se realizan en la ciudad de Pamplona, España. La plaza llega a albergar a 70.000 personas, bastante más de lo que es la población de Siena.
Los festejos que se realizan antes y después de la carrera
Además del evento principal, el Palio di Siena, antes y después se suceden otros acontecimientos cargados de simbolismo que redondean y complementan la fiesta.
El día antes del Palio, en la tarde, se lleva a cabo el Cortejo Histórico, con los representantes de las diferentes barrios desfilando por el casco histórico de Siena con sus atuendos típicos. El día de la carrera, en la mañana, se oficia la Misa Fantino, en la que se reza por la protección de caballos y jinetes. Y luego, tras el fin de la carrera la solemnidad acaba y comienzan los festejos en las calles de la contrada ganadora.