Viajar por Portugal a la vera del río Duero
La ruta del río Duero en tierras portuguesas tiene una gran riqueza cultural y paisajística. Comprende varios municipios a lo largo del valle que acompañan el río, hasta su desembocadura en Oporto. Hemos destacado algunos de ellos para invitarles a adentrarse en este hermoso país.
Además este hermoso recorrido coincide en muchos de sus puntos con la ruta vinícola, lo cual favorece a los amantes del vino y a los que no, al encontrar una gran oferta hotelera, comercial y culinaria durante todo el trayecto.
Por el Valle del Duero
Vila Real es una ciudad situada en las cercanías de la Serra do Marão, al noreste de Portugal, en el valle del río Duero. En su faceta culinaria es conocida por su miel pura de abejas, el rico queso de cabra y los pescados ahumados. Además su riqueza natural, pequeños pueblecitos y caseríos a orillas del cantarín río Pinhão, hacen de esta localidad un enclave ideal para iniciar el viaje acompañando al Duero hacia el mar. Resaltar que algunos de sus edificios más antiguos son del siglo XV.
Al viajar por Portugal, dejándonos llevar por el valle que acompaña al Duero llegamos a Peso da Régua. Campos de viñedos sobre verdes colinas saludan al viajero. Hay un edificio emblemático en la ciudad que merece la pena visitar, “la casa do Douro”, hecho de mármol y granito pulido. Esta decorado con vidrieras de António Lino representando la historia del lugar. Al estar en la ruta del vino, la ciudad recibe bastantes visitantes.
Siguiendo al Duero por su apacible valle llegamos a Lamego. Es una ciudad importante en esta región. Su reconocimiento le viene por su antigüedad, su patrimonio cultural y artístico, además de su entorno natural. Algunos la llaman “ciudad de la luz”. Combina muy bien la belleza de las colinas que la rodean con sus zonas verdes en jardines y avenidas. Su oferta en gastronomía y artesanía son envidiables.
Cerquita de las Sierras de Marão y Aboboreira asoma Amarante, una ciudad con un enclave natural privilegiado a la vera del rio Tâmega. La pequeña ciudad esconde tesoros monumentales como el Puente San Gonçalo, las iglesias de Santo Domingo y San Pedro, el Monasterio y la Iglesia de San Gonçalo, el Solar de Magalhães y el Museo Municipal de Amadeo de Souza-Cardoso, algunos del siglo XVI, pero muy bien conservados. El solar de Magallanes era la residencia de la familia del conquistador.
Llegando al mar
Penafiel tiene una ubicación es privilegiada en el centro de la región del Duero Litoral. Esta muy cerca de los principales núcleos históricos del norte. Colinas, valles, ríos y florestas dibujan su paisaje mientras se contemplan las laderas empinadas del Duero.
Tiene la ciudad un rico patrimonio monumental como por ejemplo el Menhir de Luzim, con arcaicos grabados rupestres. Su gastronomía, ferias y festivales atraen muchos turistas que disfrutan de su oferta natural y gastronómica.
Y llegando a la desembocadura atlántica del río Duero nos recibe Oporto, su gran patrimonio monumental le otorgó el nombramiento por la UNESCO de Patrimonio de la Humanidad. Resaltar su majestuosa Catedral, la Torre de los Clérigos o la casa de la música entre otros muchos. Por algo es considerada la segunda ciudad más importante de Portugal después de Lisboa.