Chicago, la ciudad del Blues
Chicago es un notable destino turístico dentro de los Estados Unidos. Situada a orillas del Lago Michigan, en el centro del país, la impresionante arquitectura de la ciudad y sus renombrados museos son suficientes para atraer a miles de turistas.
Arquitectura y Museos
Se dice que en Chicago se inventaron los rascacielos. Hoy, edificios como la Torre Tribune, Torre Willis, el Edificio Wrigley son sofisticadas e impresionantes construcciones que concitan la atención de los visitantes.
Como decíamos, la ciudad alberga a los reputados Instituto de Arte de Chicago y Museo Field de Historia Natural, y, en definitiva, es la tercera urbe más poblada de los Estados Unidos, luego de Nueva York y Los Ángeles.
Los mencionados son buenos motivos para visitar la Ciudad del Viento – como se la conoce -, pero también hay otro motivo para ir a Chicago: el blues.
La ciudad del Blues
La historia dice que, el blues eléctrico, el estilo musical que derivó en el rock and roll, nació en esta ciudad. No obstante, se ha señalado lo particular que es que habiendo tantos museos de importancia y teniendo el blues una presencia tan fuerte, no exista algo similar a un “Museo del blues”, ni tampoco los sitios históricos trascedentes dentro de esta corriente musical (que tanto ha influido en la música de los últimos 50 años) estén adecuadamente reconocidos dentro del circuito turístico de Chicago.
Lo que sí hay son muchos clubes donde, quienes decidan visitar la ciudad, pueden escuchar a los músicos de blues locales. Lugares como el Buddy Guy’s Legends (propiedad del famoso guitarrista), Kingston Mines, o los más pequeños y alejados B.L.U.E.S., Lee’s Unleaded Blues, Rosa’s Lounge y el Blue Chicago, son sitios muy recomendables.
También podemos recomendar el Chicago Blues Festival, que se celebra todos los años en homenaje a Muddy Waters (su nombre real es McKinley Morganfield). Músico que llegó a Chicago en plena Segunda Guerra Mundial con una guitarra, un puñado de canciones y la idea de triunfar.
Luego de tocar en los suburbios del sur de la ciudad, en fiestas de amigos y pequeñas clubes que comenzaban a proliferar, Muddy Waters tuvo su oportunidad: logró que los dueños de un pequeño y desconocido sello independiente llamado Chess Records grabaran sus temas. El single “I can´t be satisfied”, editado en 1948, fue un éxito y sacudió la escena musical de forma totalmente inesperada. A partir de allí, el blues eléctrico de Chicago comenzó a rodar, con nombres como los de Buddy Guy, Howlin’ Wolf, además del de Muddy Waters, como los más emblemáticos de esta corriente musical.
Luego, músicos blancos de Inglaterra, es decir, los Rolling Stones, Eric Clapton, Led Zeppelin y algunos más, hicieron conocer al mundo la música de Muddy Waters y del resto de los blueseros negros de Chicago, pero esa es otra historia…
Como les decía, a pesar de que nadie discute la importancia cultural del movimiento del blues eléctrico iniciado en Chicago, y además de la falta de reconocimiento institucional, la comunidad afrodescendiente aún hoy se encuentra bastante segregadas y reside, en buena parte, en barrios marginales y lejanos al lujoso centro de la ciudad.