Recorrido por el palacio de Versalles, París
Si se trata de nombrar la obra cúspide de los palacios reales, definitivamente tenemos que nombrar el palacio de Versalles, estandarte arquitectónico de la realeza francesa y hermoso ejemplar del elaborado diseño y la ornamentación palaciega. La casa de Luis XIV se ha convertido en uno de los puntos más visitados de París, y por medio de estas líneas realizamos una rápida caminata por los pasillos y jardines de esta residencia monárquica.
Versalles es un conjunto que incorpora el palacio y el parque, incluidos en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. El lugar se ubica al oeste de la ciudad de París, y considerado en toda su extensión, la propiedad consiste de 800 ha.
La historia del palacio se remonta a la década de 1660, cuando el rey Luis XIV decidió alejarse un poco de París y construir un lugar desde el cual residir y gobernar. Fue a finales de la década de 1670 e inicios de la década de 1680 que se hicieron la mayoría de construcciones que le dieron al conjunto una apariencia muy similar a la que tiene hoy. Durante el reinado de Luis XV se hicieron algunas importantes edificaciones, dentro de las que cabe destacar la Ópera y el pequeño Trianón. Luis XVI se encargó de darle los toques finales a muchas de las obras que debían ser retocadas, especialmente los jardines.
Los jardines de Versalles
Si el visitante lo desea, puede empezar su recorrido en los jardines de Versalles, ubicados al oeste del palacio. Allí, se encuentran plantados cerca de 200 000 árboles y se pueden encontrar unas 50 fuentes. El Gran Canal se extiende por cerca de 1 km y medio, espacio donde se solían realizar fiestas en botes en los tiempos de la monarquía. Caminando desde el Gran Canal hacia el palacio se aprecia la fuente de Apolo, que representa al dios griego levantándose del mar con 4 caballos, obra hecha entre 1668 a 1671.
El Palacio
El edificio del Palacio en sí mismo se compone de diferentes salas y habitaciones, y fue obra de tres diferentes arquitectos. Dentro del palacio cabe destacar la galería de los Espejos, construida entre 1678 y 1684. Fue diseñada con la idea de impresionar a los visitantes de Luis XIV. El espectacular estilo barroco y la abundancia de espejos crean una atmósfera de gran lujo y suntuosidad.
La Aldea de María Antonieta
Después de terminar el recorrido por el palacio de Versalles, el visitante tiene la opción de desplazarse hasta el dominio de María Antonieta, lugar donde la reina disfrutaba de momentos a solas, alejada de la suntuosidad del palacio principal. Luis XVI le otorgó a su esposa un dominio para que ella viviera allí a su manera; así, nació la Aldea de la Reina, con la intención de provocar la sensación de estar viviendo en una aldea rural. Cuenta con casas de estilo aldeano ―para la reina y sus allegados― y un molino.
El recorrido por el palacio de Versalles es una experiencia sumamente enriquecedora, un recorrido que combina historia, naturaleza y la cumbre del arte monárquico.