La Rochelle: fascinante pueblo en la costa atlántica francesa

La Rochelle: fascinante pueblo en la costa atlántica francesa

Última actualización: 23 enero, 2015

La Rochelle es uno de esos pequeños pueblos franceses que guardan el encanto de siglos anteriores, reflejado en sus viejas torres y sus calles estrechas, pero que se ha ajustado a la demanda turística de los tiempos modernos. Aquí el visitante se encuentra con sorprendentes museos, una majestuosa catedral, un viejo puerto que conserva su herencia y un fascinante paisaje marítimo.

La ciudad se ubica en el golfo de Vizcaya y es la capital del departamento Charente Marítimo, de la región Poitou-Charentes. La Rochelle tiene una población de más de 80 mil habitantes

La ciudad fue fundada en la Edad Media como un importante puerto que fue adquiriendo independencia. Durante el siglo XVII, La Rochelle fue lugar de enfrentamiento entre católicos y protestantes, durante los conflictos religiosos de Francia en ese siglo. Al final, cuando la ciudad fue tomada por Luis XIV, muchos de los protestantes emigraron al Nuevo Mundo, y de hecho hay una comunidad en el estado de Nueva York, en Estados Unidos, que lleva por nombre New Rochelle.

Sin duda alguna, la arquitectura pintoresca del pueblo es una de las razones por las que tantos turistas visitan este lugar. Entre los monumentos que destacan están las viejas torres del puerto, los cuales están muy bien conservadas y le dan ese encanto de otros tiempos a la ciudad, son la tour de Saint Nicolas, tour de la Chaine y la tour de la Lanterne, esta última construida en el siglo XV para la protección de la ciudad.

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No puede faltar una visita a la catedral de La Rochelle, que se empezó a construir en el siglo XVIII. La catedral está consagrada a San Luis y presenta un estilo neoclásico especial.

Para comer, este destino destaca especialmente por su comida marina; y para hospedarse, hay numerosos hoteles con precios muy variados.

La Rochelle te espera para que disfrutes su encantadora arquitectura medieval, sus bellos paisajes y el carácter amistoso de sus habitantes.

Imágenes cortesía de Jean-Pierre Bazard y Remi Jouan.