La increíble Petra: la ciudad de piedra del desierto
Cuando se realiza un viaje a Jordania hay dos destinos ineludibles: el fantástico desierto de Wadi Rum, con sus desfiladeros y arenales de color óxido, y la increíble Petra. Viajar a Petra supone entrar en un mundo misterioso, casi un espejismo en pleno desierto. Sus secretos, guardados desde hace siglos, nos invitan a explorarla.
Adentrándonos en la ciudad de piedra
A Petra se accede por el estrecho y altísimo desfiladero del Siq, que no permite contemplar la ciudad hasta que no se está ante la fachada del celebre edificio de El Tesoro. Esta entrada forma parte de su embrujo. El recorrido, de casi una hora si se realiza andando, da más emoción si cabe a la entrada en la mítica ciudad.
Cuando se está frente a la fachada del edificio de El Tesoro, se siente que se ha llegado a una de esas mecas viajeras tan ansiadas. Y Petra es increíble. Más que una ciudad, parece un fastuoso decorado tallado a cincel en la propia piedra arenisca del desierto.
En Petra la piedra ha ido tomando color con el tiempo, convirtiendo las fachadas en una amalgama de tonos desde los más naranjas hasta los más suaves rosados. Imperturbable desde hace siglos, los altos edificios han visto el abandono de los nabateos, la llegada de grupos nómadas y el rescatador auge del turismo. Así que hay que prepararse para entrar en un lugar visitado por muchas personas cada día. Pero, aunque asusta un poco la cantidad de personas que van a visitarla, la infinidad de senderos por los que abordar sus mil y un recovecos se encarga de dispersar a los visitantes.
Después de visitar El Tesoro, tomando por la Calle de las Fachadas, se llega al enorme Teatro, tallado como no podía ser de otro modo, en la roca, y con cabida hasta para 3000 personas.
Continuando luego por la Calle de las Columnas, se puede visitar el templo Qasr Al-Bint. En él puede hacerse un descanso y tomar algo ya que en sus cercanías se ubican varios restaurantes. Retomadas las fuerzas, queda realizar la subida al Monasterio. Una subida que puede hacerse andando, pero también en burro que con la oferta de “¡taxi!” ofrecen los beduinos de la zona.
Por último, llegar hasta el Triclinio de Los Leones permite completar un recorrido maravilloso.
El misticismo pétreo de Petra se multiplica más si cabe en Petra by Night, un espectáculo que varias veces a la semana permite entrar al recinto durante la noche y saborearla a la luz de velas y antorchas.
Cómo visitar Petra
Resulta fácil llegar a Jordania, ya que su internacional aeropuerto de Ammán tiene conexión con las ciudades más importantes.
Aunque es habitual contratar un pack que incluye la visita a Petra, Jordania es un país seguro en el que puede viajarse fácilmente por libre. Así, puede irse en autobús o taxi compartido hasta la ciudad de Wadi Musa.
En Wadi Musa están los hoteles y demás servicios tanto para visitar Petra, a la que se puede llegar andando desde allí, como el desierto de Wadi Rum.
Lo ideal es ir en primavera u otoño, no se puede olvidar que está en el desierto y que las temperaturas hacen de las suyas. Aunque Petra es tan maravillosa que para su visita no hace falta imponer condición alguna.