Estambul, entre Europa y Asia
No sólo la posición geográfica, sino también el devenir histórico que ha situado a esta espléndida ciudad entre diferentes culturas y civilizaciones, hacen de Estambul un destino lleno de colores, sabores y texturas diversas.
Paisajes que contrastan entre edificaciones de los tiempos en que este núcleo urbano era llamado Constantinopla y los modernos edificios de la Turquía contemporánea, son parte de la experiencia que puedes ver tú mismo al visitar esta ciudad que cuenta con áreas históricas declaradas Patrimonio de la Humanidad.
La ciudad más poblada de Turquía se ubica en el estrecho de El Bósforo, con una parte en Europa y otra en Asia. La población empezó llamándose Bizancio, una formación urbana de origen griego. En el siglo IV, el emperador romano Constantino I la convirtió en su capital y le cambió el nombre a Constantinopla. Durante el periodo del Imperio bizantino, la urbe creció económicamente, en gran parte debido a su ubicación en medio de las grandes rutas comerciales de la época. De esta parte de la historia de la ciudad sobresale la construcción de uno de sus principales atractivos turísticos: la iglesia de Santa Sofía. En el siglo XV, la población fue tomada por las tropas turcas y posteriormente sufrió una notable transformación, reflejada en la conversión de la Santa Sofía de iglesia a mezquita.
El Gran Bazar
Este centro de comercio es el más grande de su tipo en Estambul, ofreciendo una amplia gama de productos que van desde alfombras hasta joyas. Es, en definitiva, uno de los puntos más visitados de esta ciudad.
La Mezquita Azul y el Palacio de Topkapi
La Mezquita Azul se ubica al frente de la Santa Sofía. En su interior, la mezquita posee hermosos azulejos que muestran uno de los grandes alcances del arte otomano. Por su parte, el Palacio de Topkapi, que en realidad es un complejo de edificios, funcionó como la sede de gobierno durante varios siglos del Imperio otomano. Actualmente, el palacio es un museo que les permite a los visitantes una fenomenal panorámica del estrecho de El Bósforo, además de que alberga una impresionante colección de tesoros que alguna vez estuvieron en manos de los sultanes.
La Santa Sofía
En la década de 1930, la Santa Sofía dejó de funcionar como una mezquita y se convirtió en un museo. La majestuosa construcción es mundialmente famosa por sus enormes dimensiones, así como por su impresionante cúpula. El museo alberga piezas religiosas muy valoradas, como el hermoso mosaico de Cristo Pantocrátor, así como su mihrab, o nicho de oración para los musulmanes.
Estambul le ofrece al visitante una gran variedad de atractivos turísticos que, como hemos visto, incluye espectaculares edificaciones de sus diversos períodos históricos, además de baños turcos y paseos en bote a través de El Bósforo. La urbe es, definitivamente, un destino fascinante digno de recorrer.