El parque nacional Talampaya, Argentina: tierra de cañón y arqueología
El parque nacional Talampaya es uno de los sitios más enigmáticos de Argentina, así como uno de los lugares de mayor belleza escénica en el noroeste del país. Un imponente cañón, paisajes de tierra rojiza, yacimientos arqueológicos, petroglifos y una importante variedad de especies animales de las zonas áridas es lo que se puede encontrar en este destino.
El parque se ubica en la provincia de La Rioja, en el noroeste de Argentina, y comprende un área de 215 mil hectáreas, en medio de una zona árida. Para llegar hasta este lugar se puede ir hasta el pueblo de Villa Unión y desde allí tomar la ruta provincial 26, la cual atraviesa el parque. Esta carretera se convierte después en la ruta nacional 150, la cual llega se dirige hacia el este hasta el pueblo de Patquía, que se encuentra al sur de la ciudad de La Rioja. Para desplazarse hasta el cañón de Talampaya, se debe hacer un giro hacia el este cuando se encuentra en la ruta provincial 26 en medio del parque, y continuar por un tramo de cerca de 13 kilómetros.
El clima del lugar puede ser un algo agreste, por lo que se recomienda ir preparado e informarse de las condiciones del tiempo antes de desplazarse hasta el lugar. El sitio recibe alta radiación solar y las temperaturas durante el verano pueden ser bastante calientes, por lo que se debe tener en cuenta mantenerse hidratado y usar bloqueador. Durante el invierno las temperaturas pueden caer bajo cero grados centígrados, con vientos constantes a lo largo del año.
El parque es hogar de importantes especies de animales, como lo son el cóndor andino, el guanaco, el halcón peregrino y el pichiciego menor, una especia de armadillo de hábitos nocturnos. La vegetación, por su parte, se compone principalmente de arbustos y matorrales, típica de las regiones áridas como esta.
Los habitantes de estos parajes remotos en los tiempos precolombinos dejaron muestras de su paso por la zona, algo que se puede admirar en los petroglifos que tiene el parque. Uno de los sitios más recomendados para observar estos rasgos en las piedras es el lugar conocido como Los Pizarrones.
Así también, en el parque de Talampaya se han encontrado yacimientos arqueológicos, huesos de dinosaurios y de tortugas que los científicos han utilizado para tener un mejor entendimiento de la evolución y la localización geográfica que alcanzaron esos animales.
Por supuesto, una visita a este parque no está completa sin llegar al cañón, lugar donde se pueden encontrar las instalaciones de baños, restaurante y de servicios de información. En el lugar también es posible hacer campamentos, eso sí, en los sitios que han sido reservados para ese propósito. En el cañón se siente un aire de paz, tranquilidad y armonía; en medio del abierto paisaje desértico que deja ver un cielo claro y un horizonte lejano.
Un viaje al parque nacional Talampaya es un excelente ejemplo del ecoturismo, una manera de conocer y colaborar con las comunidades rurales mientras se entra en un estrecho contacto con la naturaleza.