El parque Güell de Barcelona, Gaudí en estado puro
El Parque Güell es uno de los parques más famosos y deslumbrantes de la ciudad de Barcelona, aunque podemos decir del mundo. Se puede considerar una obra de arte en su totalidad, por sus impresionantes y bellas construcciones, su distribución y organización del espacio, así como por su naturaleza exuberante, que como un elemento más, forma parte de este conjunto arquitectónico único y original.
No es de extrañar que tenga todas estas características, si comprobamos que el Parque Güell fue obra nada menos que del genial arquitecto Gaudí. En 1984 La UNESCO declaró el Parque Güell Patrimonio de la Humanidad, dentro del conjunto “Obras de Antoni Gaudí”.
Pequeña historia de El Parque Güell
El Parque Güell tiene su origen en el proyecto que en el año 1900 ideó el Conde Eusebi Güell, este proyecto consistía en crear una zona residencial o urbanística en la falda del Monte Carmelo, que constaría de viviendas de lujo con grandes zonas ajardinadas.
El encargo de realizarlo recayó en su amigo y colaborador Gaudí, que lo acogió con bastante entusiasmo. Este proyecto resultó ser un fracaso en lo económico, por lo que no llegó a realizarse.
Fallecido el Conde Eusebi Güell, sus herederos vendieron el parque al Ayuntamiento de Barcelona. El Parque Güell fue abierto al público en el año 1926, después del fallecimiento de Gaudí.
Recorrido por el Parque Güell
El Parque Güell tiene una extensión de 17,18 hectáreas de belleza y arte. Te proponemos un fascinante recorrido por los lugares más intersantes del parque.
Comenzamos nuestro recorrido por la entrada principal del parque. Gaudí ideó una entrada monumental muy a su estilo, donde predominan la piedra y la cerámica. Allí encontramos una reja de hierro forjado con hojas de palmito. A los lados de esta reja se sitúan dos pabellones, dedicados en su origen a la labores de portería y limpieza. Junto a estos se encuentra una espectacular muralla que quedó sin terminar.
Los dos pabellones están realizados en mampostería de piedra y resaltan especialmente por la geometría de sus curiosas bóvedas, compuestas con cerámicas de colores y rematadas en su cúpulas de forma diferente, uno en forma de seta y otro con una cruz.
En la entrada también encontramos un gran vestíbulo y a sus lados dos construcciones en forma de gruta. Una de ellas, la gruta de la derecha, consta de una sala circula sostenida por una gran columna cónica y sus paredes tienen la particularidad de que transmiten el sonido. Por lo que es habitual ver a los visitantes comunicándose a través de estas paredes como si de un teléfono se tratase.
Después encontramos la escalinata, que conduce del vestíbulo a la plaza central del parque. Está dispuesta en torno a la escultura de la salamandra o dragón, que se ha convertido en el emblema del parque y de toda la ciudad de Barcelona. Además alberga tres fuentes de diferentes motivos.
Al final de la escalinata nos encontramos con la sala hipóstila. Fue construida originariamente, para servir de mercado a todo el recinto. Consta de 86 columnas de 6 m de alto y 1,20 de diámetro. El techo está construido con bóvedas semiesféricas y en ellas destacan dibujos como soles y espirales. Esta sala además cuenta con una acústica impresionante.
La plaza del parque Güell es un gran monumento, no sólo por su belleza sino por su gran extensión, 3000 metros cuadrados. Ocupa la parte central del parque, fue concebido como un teatro clásico para la celebración de eventos culturales y religiosos. Destaca la decoración con piezas de cerámica de vivos colores.
Sus bordes están diseñados como bancos ondulantes que se adaptan al cuerpo. Las columnas que componen esta plaza, sirven a modo de canales pare recolectar el agua de la lluvia y enviarla a un gran depósito que se encuentra en el subsuelo.