Las Cuevas de Altamira, luego de su descubrimiento el Paleolítico no volvió a ser el mismo

Las Cuevas de Altamira, luego de su descubrimiento el Paleolítico no volvió a ser el mismo

Última actualización: 23 enero, 2015

Si eres amante de la historia, o un turista cultural, éste es un destino que te interesará. Se trata de Las Cuevas de Altamira, ubicadas en el norte de España en la región de Cantabria. Las pinturas encontradas en estas cuevas son consideradas por todos los expertos como joyas arqueológicas, que cambiaron la forma en la que los historiadores entienden al hombre del paleolítico.

Cantabria, norte de España

Cantabria es una de las regiones que atrae a más turísticas en España, y posee vastas riquezas naturales, patrimoniales y culturales, que son sobre todo los vestigios de su pasado prehistórico. Dentro de sus principales atractivos se destacan sus 41 cuevas de arte rupestre, varias de ellas declaradas Patrimonio de la Humanidad. Y por sobre todo, las Cuevas de Altamira.

Bautizada como “La Capilla Sixtina del arte cuaternario”, porque albergan el conjunto más importante de arte rupestre, las Cuevas de Altamira se localizan sólo a unos dos kilómetros de Santillana del Mar, una ciudad que posee su propio y rico patrimonio histórico.

Las Cuevas de Altamira, la historia de la historia

Las Cuevas de Altamira tiene 270 metros de longitud y en sus techos y paredes aparecen pintadas representaciones de caballos, bisontes, ciervos, jabalíes y otros animales. Pero son fundamentalmente las figuras de los bisontes las que más llaman la atención por la vivacidad y belleza de esas obras pintadas por “alguien” hace aproximadamente 15 mil años…

Cantabria

El primero en llegar a estas cuevas fue un cazador en 1868, pero el hombre que se dio cuenta de su valor arqueológico se llamaba Marcelino Sáinz de Sautuola, quien llegó hasta las pinturas en 1879.

Sáinz de Sautuola junto al profesor Vilanova y Piera divulgaron la existencia y la importancia de estas pinturas rupestres en el mundo, pero se encontraron con una gran resistencia de parte de los académicos (franceses sobre todo), quienes no reconocieron que estaban ante un hallazgo arqueológico más que significativo hasta pasados 20 años del descubrimiento de las pinturas.

La oposición encontrada en los ámbitos académicos se debió a que, entonces, a fines del siglo XIX, se considera que era imposible que pinturas de tal belleza fueron el producto artístico de los cazadores del paleolítico.

A partir del descubrimiento y de los posteriores estudios de las pinturas de las Cuevas de Altamira se cambió totalmente la concepción sobre la sensibilidad y el desarrollo intelectual del hombre paleolítico.

Toda la región cantábrica pose vestigios de arte prehistórico, y también se encuentran cuevas con pinturas de esta clase en sitios como Las Monedas, El Pendo y Covalanas, entre otros lugares.

Imágenes cortesía de jroblear.