El castillo de Bratislava, reliquia de la capital de Eslovaquia
La ciudad de Bratislava se ve coronada por un monumental edificio, ubicado en la cima de una céntrica colina: el castillo de Bratislava. Desde esta fortaleza, se puede alcanzar un paisaje único en toda la geografía europea, ya que además de la ciudad de Bratislava, se puede observar el río Danubio, Austria, e incluso parte de Hungría.
Bratislava, y específicamente su castillo, se ubican en lo que se puede llamar el centro de Europa, en una posición estratégica, cerca del lugar donde tres países comparten frontera: Eslovaquia, Austria y Hungría. La fortaleza se encuentra también a orillas del río Danubio, uno de los cursos fluviales más importantes de Europa. Asimismo, esta región ha sido sitio de paso entre el norte y el sur del continente a través de la historia.
El castillo de Bratislava se encuentra en una colina que ha sido habitada desde tiempos antiguos, pero la construcción del edificio comenzó en el siglo IX, tras la llegada de los eslavos a la región, quienes pusieron la primera fortificación en el lugar. En el siglo XIII, el castillo fue lo suficientemente fuerte como para resistir el ataque de las hordas de los mongoles, quienes atacaron gran parte de Europa.
Con la ocupación de Hungría por las tropas otomamas en el siglo XVI, la realeza húngara debió establecerse en Bratislava, y el castillo pasó a ser parte de su corte. Durante este siglo, el rey Fernando I de Habsburgo puso el castillo bajo una serie de remodelaciones, a cargo de arquitectos italianos, quienes le dieron un toque renacentista.
En el siglo XVII, el castillo pasó por una reconstrucción que le otorgó el estilo barroco que luce hasta hoy. Posteriormente, en el siglo XVIII, la reina María Teresa de Austria remodeló el castillo, principalmente en el interior, con un hermoso estilo rococó.
A finales del siglo XVIII, la nobleza que solía habitar la fortaleza se movió a Budapest y el lugar pasó a formar la sede de un seminario para sacerdotes católicos. Después fue utilizado para albergar soldados austriacos e italianos. Debido al descuido en que fue cayendo el castillo, un devastador incendio azotó la construcción en mayo de 1811, lo que dejó la fortificación en ruinas, estado en el que se mantuvo hasta mediados del siglo XX.
Durante el proceso de reconstrucción, los habitantes de Bratislava, y de Eslovaquia en general, empezaron a apreciar más y más el valor histórico que esta fortificación tenía para ellos. Tanto fue así, que la Constitución de la nueva república independiente de Eslovaquia fue firmada en el castillo el 3 de septiembre de 1992. En los años más recientes, el castillo ha seguido recibiendo mantenimiento y remodelación. Una de las últimas añadiduras, en 2010, ha sido una estatua de Svatopluk I, rey de Gran Moravia, el imperio medieval de Europa Central.
Una visita al Castillo de Bratislava te puede ofrecer, como visitante, un verdadero recuento de gran parte de la historia de Europa que ha tenido repercusión en esta ciudad, ubicada en medio de las encrucijadas del continente. Además, la belleza arquitectónica del sitio lo hace un punto difícil de ignorar para todo aquel que visite la capital eslovaca.